Saturno devorando a su hijo

Comentario realizado por Adrián Domínguez Trujillo.

Catalogación

Tipo de obra: Pintura, óleo sobre lienzo.
Nombre de la obra: “Saturno devorando a su hijo”.
Autor: Francisco de Goya y Lucientes.
Fecha: Realizada entre 1820-1823.
Ubicación actual: Museo del Prado, Madrid.
Estilo: Romanticismo, pero en la etapa expresionista del autor.
Descripción: El cuadro representa a Saturno (Cronos en la mitología griega), devorando a uno de sus hijos tal y como dice la mitología greco-latina.

Análisis formal: De las pocas obras mitológicas que representan a Saturno, la mayoría muestran el cruel momento en que Saturno devora a uno de sus hijos. Saturno aparece como un hombre anciano, de blancos cabellos, con ojos saltones, en definitiva, se representa como un monstruo deforme. Con esto, Goya, pretende representar el transcurso del tiempo.
Formalmente, Goya, prescinde del dibujo y lo sustituye por grandes manchas de pinturas, de tonos oscuros. En la iluminación, de un fondo completamente oscuro, destaca la figura de Saturno comiéndose a su hijo. Esta obra tiene esas tonalidades oscuras, porque pertenece a las llamadas “Pinturas Negras” de Goya.

Análisis de contenido: “Saturno devorando a su hijo” es una obra pictórica realizada entre 1820 y 1823 por Francisco de Goya. Goya, nació en Fuendetodos en 1746 (Zaragoza); a los catorce años entra en un taller de pintura. Viaja a Italia con 24 años. A la vuelta trabaja en la decoración de la cúpula de la basílica del Pilar, lo que le abre la puerta a nuevos encargos. Se casa con Josefa Bayeu, (muere en 1812) hermana de Ramón y Francisco Bayeu, gracias a los cuales se traslada a Madrid donde entra a formar parte del grupo de pintores de la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara. Goya, cultivará todo tipo de géneros artístico, como el retrato de las familias reales tanto de Carlos III como de Carlos IV. Goya también hará una serie de grabados, en los que se destacan “Los Desastres”. Goya alcanzará su máximo esplendor con los retratos de “Las majas” (La maja desnuda y La maja vestida), y sobre todo con las llamadas “Pinturas Negra”, las cuáles pintará mientras se recupera de una grave enfermedad. En esta colección de obras destacará “Saturno devorando a su hijo”. Se llaman “pinturas negras”, pues se caracterizan por la tonalidad oscura de estas obras.

En esta obra, se habla del mito de Saturno, el cual, es uno de los 12 titanes. Los 12 titanes eran los hijos de Urano y Gea.

Saturno, mata a Urano y se casa con su hermana Ops, engendran a seis de los doce dioses del Olimpo. Saturno debe matar a sus hijos comiéndoselos, para que ninguno de ellos le quitase el poder como le dijo el Oráculo de Delfos. Saturno devoró a Neptuno, Plutón, Hestia, Deméter y a Hera. Pero cuando nace Júpiter, su hijo más fuerte, Ops le da a Saturno una piedra envuelta en telas, para que pensase que es Júpiter, el cual en realidad es criado por su madre a escondidas de Saturno hasta que Júpiter es lo demasiado fuerte para enfrentarse a él. Júpiter le da una poción la cual hace que Saturno vomite a sus hijos y estos junto con Júpiter, derrotan a su padre y lo encierran el Tártaro. Después de esto se reparten el Olimpo siendo Júpiter el dios de los cielos, Neptuno el dios de los mares, Plutón el dios de los infiernos…

Narciso, Caravaggio

Comentario realizado por Iman Alkhattabi

Catalogación:

Tipo de obra: Pintura Barroca

Nombre de la obra: “Narciso”

Autor: Caravaggio

Fecha: Segunda etapa de Caravaggio (entre 1597 y 1599)

Ubicación actual: Galería Nacional del Arte Antiguo. Roma, Italia

Estilo: Barroco

Descripción:

En el cuadro se representa a Narciso como un joven atractivo de complexión mediana, observando su propio reflejo en un lago. Sin embargo, el reflejo es un hombre envejecido y menos atractivo.

Análisis formal:

El cuadro está pintado sobre un lienzo, que se ha dividido por la mitad haciendo que la parte superior sea Narciso y la superior su reflejo.

La técnica utilizada es el óleo, la más común desde el siglo XV. También se realizan veladuras

En esta obra predomina el color sobre las líneas, en las que utiliza mucho la curva (en la rodilla, los rizos del pelo y la propia postura de Narciso)

La luz en este cuadro proviene principalmente de los brazos, cuello y cara de Narciso, que forman una especie de arco de luz. El fondo de la obra es completamente oscuro, y el reflejo, aunque menos, también.

En esta obra no hay apenas profundidad, lo que hace que la persona que mira el cuadro tenga la impresión de que Narciso está cerca. Caravaggio consigue este efecto cortando por abajo el reflejo de Narciso.

El cuadro forma un círculo: Narciso y su reflejo cortado por la línea del agua

Análisis de contenido:

La obra fue pintada en los comienzos del Barroco, en Italia. Este periodo coexiste con el Clasicismo, y frente a la claridad y nitidez de este, el Barroco buscó el retorcimiento, el contraste y  la mezcla de materiales y de texturas.

Caravaggio, nacido en Porto Ercole el 29 de septiembre de 1571, tuvo una vida muy complicada. Logró un gran éxito en Roma, pero se vió obligado a emigrar varias veces, una de ellas tratando de huir de las autoridades por haber cometido un asesinato. También sufrió un intento de asesinato, y tiempo después falleció en extrañas circunstancias el 18 de julio de 1610.

Creó y difundió el tenebrismo (se puede apreciar en la obra), que es un estilo marcado por un contraste entre luz y sombra provocado por una posición diagonal de la iluminación. Fue un pintor independiente que, aunque no creó una escuela, influyó en los pintores de su época y en los  caravaggistas. El caravaggismo es una corriente pictórica dentro del barroco, que designa el estilo de los artistas que se inspiraron en la obra de Caravaggio.

Entre sus obras destacan “El martirio de San Mateo”, “San Jerónimo” y “Cesto de Frutas”.

Este cuadro es una obra figurativa que representa el Mito de Narciso, un joven que se enamoró de su propio reflejo como castigo de la diosa de la venganza, Némesis, por su engreimiento (rechazaba a todas las personas que se enamoraban de él, entre ellas la ninfa Eco) y que se acabó arrojando al agua y muriendo ahogado, convirtiéndose en una flor (el Narciso). Este mito procede de las obras del autor Ovidio.

La función del cuadro es principalmente estética y no religiosa porque aunque se representa un mito, en la época la mitología ya no tiene peso como religión en Italia. Pero además encierra un sentido moral sobre el egoísmo y la vanidad, que lleva a la muerte real de Narciso pero simbólica de la persona que, encerrada en sí misma, no presta atención a lo que le rodea.

“EL NACIMIENTO DE VENUS

Por Fátima Lacombe Rodríguez

Catalogación: 

Tipo de obra: Pintura basada en un tema mitológico con la diosa Venus como protagonista.

Nombre de la obra: “El nacimiento de Venus

Autor: Sandro Botticelli.

Fecha: 1482-1485

Lugar: El cuadro estuvo en la Villa di Castello hasta 1815

Ubicación actual: Galería Uffizi, Florencia (Italia). Es el cuadro original.

Estilo: Pertenece a la Etapa Renacentista, Quattrocento italiano. Se vincula con la Academia Platónica Florentina.

Descripción:

En cuanto a la descripción, en el centro de la imagen vemos el momento en que Venus, diosa del amor y la belleza, emerge de las aguas sobre una enorme concha marina. Céfiro, dios del viento, insufla un soplo de viento a Venus, mientras sostiene a Aura o Cloris (Flora), según diversas interpretaciones, en la esquina superior izquierda. En la derecha, una de las Horas, representa la primavera, estación del amor. Y el mar de fondo.

Análisis formal:

En cuanto al análisis formal, hablamos de una pintura cuya técnica es temple sobre lienzo. Venus aparece con ligero “contraposto” en las piernas, una de ellas está más asentada en la concha. Utiliza, el pintor, perspectiva lineal, de tal forma que los tres elementos del primer plano están dispuestos formando un triángulo visual, siendo el vértice la cabeza de Venus. El punto de fuga de la composición es equilibrado y simétrico.

Las figuras son de canon estilizado con rostro y extremidades ligeramente alargadas y de modelado algo plano y poco volumen. Los colores son suaves, con algunas pinceladas doradas, lo que da a la pintura más luminosidad haciendo resaltar la vegetación, las flores, la concha y la túnica. Por último, resaltan los contornos algo oscuros, propio del Renacimiento que utiliza más el dibujo que el color para realizar las figuras. Las líneas del mar están poco logradas.

Análisis del contenido: 

Si hablamos del análisis del contenido, esta pintura creada por Botticelli, la situamos en el Quattrocento (primera parte del Renacimiento). El pintor estaba muy unido a la familia de los Médici, familia de origen burgués adinerada que se apoderan de Florencia. Ellos fueron los mecenas de muchos artistas incluyendo a Botticelli. “El Nacimiento de Venus” encargada por uno de sus miembros está repleta de símbolos mitológicos.

Esta obra representa el alma, el acto de la encarnación, según algunos expertos. Ser cubierta por una túnica roja simboliza que obtendrá un cuerpo material. Ilustra alegóricamente el momento de nuestro nacimiento. Cabe destacar la musa de Botticelli y de muchos otros pintores del Renacimiento, Simonetta Vespucci, reflejada en la obra como Venus. Famosa en esta época que personificó el concepto de belleza ideal. Protagonista de muchas obras del pintor como en el cuadro de “La Primavera”, con la que existe una similitud con la obra que nos ocupa. Sobre todo en la temática, en la técnica de la pintura y el uso de la misma escala. En ambas pinturas aparece Venus como eje central. En “La primavera” con un estilo más gótico. En “El nacimiento de Venus” aparece más terrenal al aparecer desnuda. 

En otras obras Botticelli refleja las ideas antropológicas, humanísticas y neoplatónicas propias de esta etapa.

Otras de sus obras: “Adoración de los Magos”, “Natividad mística”.

Meleagro y Atalanta

Por Beatriz Luengo Delgado

Catalogación:

Autor: Jacob Jordaens (perteneciente a la Escuela Flamenca) 

Fecha de realización: 1618 

¿Dónde se encuentra?: En el museo real de Amberes (Bélgica) 

Años después lo repite pero juntándolo con un estilo más maduro. El cual se encuentra en el Museo del Prado 

Análisis formal:

Técnica: Oleo sobre lienzo 

Luz: Es tenebrista e incide en los protagonistas de la escena para dejar otras zonas en penumbra

Colores: Cálidos, usando inteligentemente el contraste con el claroscuro. 

Composición: Anatomías perfectamente musculadas.

Posición: Los personajes se encuentran en un primer plano, tan cercanos al espectador que parece que este esté embutido en la inminente contienda.

Análisis del contenido:

 El cuadro fue realizado en dos momentos diferentes, la mitad derecha fue pintada hacia el 1620-1623. 

Años después hacia el 1640-1650, el propio pintor añadió un poco de tela al cuadro doblando su tamaño original.

Natural de Amberes, Jacob chardas colaboraron con Rubens ya que tras la muerte de Jordaens, Rubens fue el encargado de concluir sus encargos.

Su estilo es diferente al del gran maestro flamenco. Resulta mas popular y directo.

En grandes obras mitológicas como estas, se observa su falta de contacto con el mundo clásico.

Historia del cuadro: es una escena inspirada en la metamorfosis de Ovidio. La diosa Diana enojada con Eneo, el rey de Caliron por no haberle hecho el sacrifico que le debía, envió un jabalí gigante que destrozó todas las tierras de la región.

Meleagro (hijo del rey) organizó una cacería para matar al animal, tras acabar con él ofreció su cabeza a Atalanta de quien estaba enamorado ya que ella había sido la primera en herir al animal. 

La historia tuvo un final trágico, Meleagro mató a sus tíos y su propia madre acabó con su vida. 

LAS TRES GRACIAS

Comentario realizado por Noelia García  Jiménez

Catalogación:

Tipo de obra: Pintura, oleo sobre tabla, pintura al aceite.

Nombre de la obra: “Las tres Gracias”

Autor: Rubens

Fecha: (1636-1639)

Ubicación: Madrid (Museo del Prado)

Estilo: Barroco flamenco

Tema: Mitológico

Descripción:

Es una obra en la que aparecen las tres gracias, Eufrosina, Talia y Aglae, hijas de Zeus. Están situadas en el medio del cuadro, desnudas y entrelazadas en forma circular dando la sensación de iniciar una danza. Están cubiertas con una tela blanquecina que las cubre algunas partes del cuerpo. En el fondo se encuentra un paisaje idílico acompañado de animales.

Análisis formal:

Es una pintura fundamentalmente mitológica, está pintado en óleo sobre tabla, usando la técnica de pintura al aceite y compuesto en el siglo XVII. Rubens utiliza colores cálidos, brillantes y luminosos con un fondo constituido  por un pintoresco paisaje natural en el que aparecen animales. La parte principal situada en el centro de la obra representa las tres hijas de Zeus que parecen iniciar una danza ya que las tres tienen el pie derecho retrasado y con los brazos entrelazados en forma de círculo como modelo tradicional de la antigüedad Clásica. Para resaltar la sensualidad el pintor utiliza líneas curvas sobre todo en los cuerpos. Intenta dar una perspectiva de profundidad en una composición circular y enmarcada por guirnaldas de flores en la parte superior, acompañada de una rama de árbol y al otro lado cupido con un cuerno encima de una fuente echando agua.

Análisis de contenido: 

Esta pintura es la más famosa de Rubens, pintor barroco de la escuela flamenca. Su estilo exuberante enfatiza el dinamismo, el color y la sensualidad. El tema es mitológico y representa a las tres gracias (Eufrosina, Talia y Aglae), hijas de Zeus y de la ninfa Eurinome, las tres gracias eran las diosas del encanto, la alegría y la belleza. Se representaban vestidas, pero debido a que era un tema clásico, Rubens las pintó desnudas, de acuerdo a los ideales estéticos de su época. Aparecen reunidas y conectadas entre sí a través de los brazos, el velo transparente y sus miradas. Estas suelen acompañar a Afrodita y son las protectoras de la filosofía y contribuían a proporcionar alegría o buen humor. Presidían los banquetes, danzas y todas las actividades placenteras. Además se dice que aparecen representadas dos de las mujeres de Rubens, Isabel Brant y Helena Fourment. Originalmente colgado en la propia casa de Rubens, este cuadro fue adquirido por el rey Felipe IV de España entre los bienes del pintor subastados tras su fallecimiento el 30 de mayo de 1640. Pasó la pintura a decorar una sala del Alcázar de Madrid, y en el siglo XIX se instaló en el Museo del Prado.

La Venus de Urbino.

Comentario realizado por Ainhoa Alonso Nogal.

Catalogación:

Tipo de obra: pintura (óleo sobre lienzo).

Nombre de la obra: “La Venus de Urbino”

Autor: Tiziano Vecelio.

Fecha: 1538.

Lugar: 1631 en la colección de los Médicis.

Ubicación actual: Desde 1736 en la Galleria Degli Uffizi en Florencia.

Estilo: Renacimiento, escuela veneciana.

Descripción: La obra representa a una figura femenina sensual que aparece desnuda y tumbada en un lecho dentro de un palacio. Al fondo aparecen dos sirvientas rebuscando en un baúl y una ventana enorme desde la que se observa el cielo tras un árbol. Además del perro que duerme a los pies de la joven.

Análisis formal: Es una obra pictórica realizada en óleo sobre lienzo cuyo tamaño es de 165cm x119cm perteneciente al estilo Renacentista veneciano. En ella aparece una joven completamente desnuda tapando con una mano su sexo, siendo esta una Venus púdica. Lleva un brazalete y unos pendientes de lágrima. La mujer aparece recostada sensualmente, con la mirada fija en el espectador y sosteniendo con la mano derecha un ramillete de flores que resaltan el aura del erotismo. A sus pies aparece un perro descansando, cuya presencia hace a la joven humana y no como una diosa. En la otra estancia aparecen dos criadas, una agachada dentro del arcón y la otra ayudándola, en ellas además de en la columna del ventanal, el árbol y los sucesivos planos iluminados y sombreados de las baldosas es dónde está dirigido el punto de fuga de la perspectiva. Todo esto hace destacar a la joven que está en una línea oblicua. El palacio se encuentra muy decorado y las baldosas muy colocadas. El color pálido de la joven contrasta con el de la cortina y los colores oscuros del final, destacando a su vez los rasgos típicos del autor y venecianos. Por último, la composición está dominada por la muchacha de cabellos largos y voluptuosas formas que contrasta su horizontalidad con el verticalismo de lo demás.

Análisis de contenido: Esta obra fue pintada en 1538 por Tiziano Vecelio o también conocido como Tiziano (1477-1576) fue un artista italiano del Renacimiento y uno de los mayores exponentes de la Escuela Veneciana, capacitado para ejecutar retratos, paisajes y escenas mitológicas. Este tuvo una larga y dilatada carrera y su obra atravesó muchas etapas, esta se caracteriza por la delicadeza; el color, vívido y luminoso; y una pincelada suelta.

Esta fue producida durante su estancia en la corte de Urbino como encargo del hijo del duque de la ciudad, Guidobaldo della Rovere. 

En el Renacimiento se quiso hacer renacer las tradiciones antiguas de Grecia e Italia Clásica. Los artistas estudiaban al individuo respetando los modelos clásicos, se desarrolló la perspectiva lineal, la belleza en la simetría, el equilibrio y la armonía. 

La obra estuvo inspirada en la Venus de Giorgione, aunque esta es mucho más contemporánea y se aleja del idealismo característico del Renacimiento italiano. La mayor diferencia es que la jóven aparece orgullosa de su belleza y desnudez, además de que Tiziano plasma a una mujer real y no a una diosa. Estando esta relacionada con la futura esposa del duque. 

Venus es la diosa del amor, la belleza y la fertilidad de la mitología romana. Era la esposa de Vulcano. Julio César la adoptó como su protectora y Virgilio señaló que esta era el ancestro femenino del pueblo romano. Se han producido muchas variaciones de la diosa en el arte clásico y posclásico. 

Tiziano innova al exponer la voluptuosidad tratando el desnudo y la pureza del conjunto.

 En 1631 este cuadro se encontraba en la colección de los Médicis; desde 1736 se encuentra en la Galleria Degli Uffizi en Florencia. 

Pese a ser la primera Venus pintada por el artista, será el modelo de otra Venus muy famosa, “La Olimpia” de Manet.

La Gioconda.

Comentario de Claudia Murillo

Obra : “La Gioconda”

Autor : Leonardo Da Vinci

Tipo de obra : pintura retrato

Técnica : sfumato

Material : óleo sobre tabla de madera de álamo

Ubicación : Museo Louvre

Tiempo : 1503

Periodo: Renacimiento S. XVI

Etapa: Cinqueccento 

Descripción:

Podemos observar a la Gioconda, que figura como una mujer sentada, solo se aprecia la mitad del cuerpo de pelo negro y largo y con el cuerpo un tanto girado a un lado, está apoyando los brazos tal vez en los respaldos del asiento con una mano encima de la otra, y su mirada está dirigida al espectador.

En el fondo se aprecia un paisaje alpino.

Análisis formal:

Obra realizada con el material de óleo sobre tabla de madera, policromada pero con colores muy suaves con cierta tonalidad sombría en algunos lugares para destacar la figura de ella, utiliza la técnica del sfumato que consiste en difuminar los colores y perfiles para dar un aspecto misterioso y para dar una proporcionar un contorno impreciso, delicadeza…

En el paisaje podemos apreciar como dos parte (o atmosferas) una más fría (superior) y la otra más cálida (inferior). También podemos apreciar que a cada lado de ella aparece un camino.

Combina lagos, montañas con niebla para dar esa sensación de imprecisión.

Leonardo tiene un gusto por los detalles como por ejemplo el fino velo que tapa una ínfima parte de la frente, los pliegues de la tela del vestido que a diferencia de los inferiores son más rígidos y los superiores más suaves, y los finos dedos alargados de gran elegancia, su expresión está entre sonriente y nostálgica. Y estés donde estés ella  parece que te sigue mirando, esto es debido al estudio de Leonardo.

Es una mujer adulta, sin joyas 

La composición es clásica, piramidal (siendo la belleza el vértice de la pirámide)

Análisis del contenido: 

Leonardo da Vinci, pinta supuestamente el retrato de Mona Lisa de tamaño es de 77*53cm, que aparece sin cejas por un error de restauración, la posición mencionada antes de los brazos transmite una distancia entre ella y el espectador, el velo mencionado simboliza castidad (frecuente en los retratos de esposa) también a mujeres embarazadas. No tiene joyas por lo que no presenta signos altos de poder o económicos.

Una de las aportaciones que hizo fue la perspectiva aérea que podemos apreciarla en el paisaje, en que la atmósfera envuelve los objetos. Otra de las aportaciones es la técnica del sfumato consistente en difuminar los colores para dar un aire misterioso, sin cambios de colores duros, y podemos apreciarla en toda la composición. 

Podemos apreciar pequeñas grietas en la cara llamado esto craquelures 

El significado de “Mona Lisa” es “señora Lisa”, “Mona” es el diminutivo italiano de “Madonna”  que es señora y Lisa sería el nombre de la modelo.

Giorgio Vasari, historiador del arte menciona esta obra en su libro “Las vidas de los más excelentes pintores, escultores y arquitectos”.

Esta obra pertenece al Cinquecento por el interés de la profundidad y el estudio de luces y sombra, la perfección de este artista y  Rafael y Miguel Ángel hace que autores posteriores busquen un nuevo lenguaje a diferencia del clasicismo, y surge así el manierismo.

Esta etapa también tiene como características: el uso de la perspectiva de una forma más lineal basadas en formas geométricas, la representación del cuerpo humano idealizado según los cánones clásicos, poco a poco van dominando el empleo de los colores, usan la técnica del óleo y frescos.

Esta época es la gran época del desnudo femenino.

Esta obra es tan famosa por el intento de copias que se han hecho, por la identidad de la mujer y por las parodias reproducidas, no solo por la técnica y la belleza.

Hay muchas conjeturas debido a la identidad, a si estaba embarazada, si podría tratarse del mismo autor en versión femenina, o la amante de este…etc.

Leonardo da Vinci fue pintor, arquitecto, paleontólogo, escultor, filósofo, científico, ingeniero, inventor, músico, poeta. Se formó en Florencia y trabajó en Florencia, Milán y Francia. Este hombre es el que mejor representa el humanismo, se dedicó a la exploración del cuerpo humano, experimentó con múltiples aspectos de la pintura. Esta obra se la mandó pintar Francesco de Giocondo.

Otras obras de este pintor “La última cena” “La dama de armiño” “La virgen de las rocas” “Hombre de Vitruvio”  “Baco” “Salvator Mundi”

Rafael se inspiró en él para su obra “Maddallena Doni”

La escuela de Atenas

Celia Saiz Sanz

Clasificación

Nombre: La escuela de Atenas

Autor: Rafael Sanzio

Tipo de obra: Pintura al fresco

Época: Cinquecento del Renacimiento italiano, en concreto 1510-1511

Localización: Palacio Apostólico del Vaticano

Descripción

Este fresco representa a los filósofos más destacados de la Grecia Clásica. Se reconoce una estancia con una corta escalera llena de personas, de filósofos, conversando unos con otros.  Por el centro avanzan Platón y Aristóteles bajo un gran arco de medio punto tras el que se pueden ver otros dos arcos que se suceden, logrando así una clara perspectiva. Ambos lados del primer arco quedan decorados por estatuas, imitando el estilo del arte clásico.

Análisis formal

Dentro del análisis formal destaca la técnica utilizada, el fresco. Este método requiere la aplicación de dos capas de mortero de cal sobre el muro a decorar, tras las que ya se podrán añadir pigmentos, que en este período van adquiriendo importancia. El color, si bien no llega a imponerse sobre el dibujo, encuentra en Rafael un papel muy importante. En esta obra se reconoce el uso de colores muy variados y alegres, utilizados para destacar las figuras sobre el fondo arquitectónico que, dentro de los esquemas renacentistas, se mantiene del blanco marmóreo de las ruinas clásicas, logrando, mediante delicados sombreados, una textura perfecta. Sin embargo la vivacidad de los colores se mantiene, a su vez, delicada y armoniosa. Los pigmentos no adquieren matices demasiado llamativos ni chocantes, logrando la serenidad buscada en la época.

En la composición de esta pintura, el autor opta por un caos organizado, formando con las figuras que se sitúan sobre la escalera una línea horizontal que asienta y asegura la imagen, sin embargo, no olvida elevar levemente a los personajes centrales, logrando una sutil composición piramidal. Aunque ya es sorprendente la cantidad de personajes que se encuentran en la escena, lo más innovador es la colocación de los protagonistas de esta. Platón y Aristóteles, si bien se encuentran en el centro de la obra y en la cúspide de una composición sutilmente triangular, no están en primer plano, sino mucho más retrasados, sin embargo Rafael vacía todo el espacio que les precede dirigiendo así la vista hacia los protagonistas. Esta posición de los personajes más importantes es muy nueva y refuerza la perspectiva lineal, que aparece de forma mucho más natural que en períodos anteriores.

La organización de las figuras dirigidas en diagonales hacia el punto de fuga, junto con el fondo arquitectónico y las escaleras en primer plano, precedidas por un suelo de baldosas, obtienen una perspectiva lineal muy conseguida que lleva a autores como Rafael a la verdadera cúspide del arte. 

Otro de los elementos más importantes de esta obra es, junto con el color, el tratado de luces y sombras que se hace. El intradós de los arcos con casetones y las esculturas de tema clásico que se levantan a ambos lados de estos sirven de perfecto ejemplo de la importancia de la sombra y la luz en esta pintura, siendo otro de los aspectos que logran el volumen de las figuras.

Siguiendo las ambiciones de sus contemporáneos, Rafael sitúa a tantos personajes como desea en movimiento y posturas de todos los tipos, conversando y relacionándose, consiguiendo un gran estudio anatómico y de pliegues, con lo que da gran textura y dinamismo a toda la obra.

Análisis de contenido

El autor de este famoso fresco es Rafael Sanzio (1483-1520), considerado uno de los tres maestros del Renacimiento Clásico, junto con Miguel Ángel y Leonardo da Vinci, siendo el menor de los tres. 

El Renacimiento es un movimiento artístico nacido en Italia que abarca desde el siglo XIV hasta el XVI, caracterizado por retomar los ideales de la Grecia y Roma clásicas, sin embargo, en la pintura será muy necesaria la innovación ya que no disponen de apenas materiales pictóricos clásicos. Surge al mismo tiempo el humanismo, dando un carácter antropocéntrico a la mentalidad de la época, lo que se refleja claramente en el arte y, sobre todo, en la arquitectura. El Quattrocento (Siglo XV) prosperó en Florencia, buscaba una representación muy realista y en pintura dio gran importancia al dibujo y empezó a lograr verdadera perspectiva lineal. Ya el Cinquecento (Siglo XVI), centrado en Roma, alcanzó un grado de calidad muy destacable, sobre todo en pintura, logrando una profundidad, sombreado y perspectiva admirables. El color va adquiriendo importancia y la soltura con elementos como la perspectiva permiten centrarse en el movimiento y la anatomía. Es a este primer período clasicista del Cinquecento al que pertenece Rafael. Tras los tres maestros los artistas no se sienten capaces de superar las habilidades de estos y tratan de buscar un nuevo lenguaje, lo que da lugar al manierismo.

Rafael fue tanto pintor como arquitecto e inició su carrera en Urbino, de donde se trasladó a Florencia y finalmente a Roma, debido al encargo del papa. Se vio muy influido por la obra de Miguel Ángel y da Vinci. Su actividad creció mucho con León X como pintor, retratista y arquitecto, por ello creó un taller que pasará a la historia como el mayor de la época. Sus obras destacan como cumbre del clasicismo, alcanzando una armonía y serenidad con un tratado de luces y perspectivas que muestran su maestría como pintor. 

La Escuela de Atenas es considerada una de sus obras más importantes, en la que logra una clara representación de una arquitectura clásica, basada en el proyecto para San Pedro del Vaticano de Bramante, y destacando elementos significativos como los casetones o las esculturas de dioses clásicos. Estas representan a Minerva, diosa de la sabiduría; y Apolo, dios de la razón, basado en la escultura del esclavo moribundo de Miguel Ángel.

La escena es una reverencia y apreciación del valor de la filosofía, siendo este un tema pagano y alejado de la religión, algo que en esta época ya está perfectamente admitido. Rafael representa a distintos personajes importantes de la filosofía griega, pero también matemáticos como Euclides a la izquierda de la obra o Pitágoras a la derecha de esta. Los protagonistas de la escena son Platón y Aristóteles, cada uno de ellos sosteniendo una de sus obras y haciendo un simple gesto que representa sus diferencias filosóficas. Platón, retratado como da Vinci, señala al cielo, haciendo referencia al Mundo de las Ideas y a su idealismo. Aristóteles, sin embargo, señala al suelo, con lo que declara la importancia del mundo sensible y su filosofía empirista.

Aunque los personajes de esta obra son muchos algunos de los más destacables son los siguientes: en primer plano del fresco aparece Heráclito, filósofo que creía que todo estaba en constante movimiento, con la figura de Miguel Ángel. Este personaje, que no estaba incluído en los bocetos, se considera un homenaje al pintor. A la izquierda de los protagonistas se encuentra Sócrates y sus discípulos, entre ellos Alejandro Magno. A sus pies Hipatia, filósofa neoplatónica que se cree pintada tras una amante del autor, junto con Parménides, opuesto a Heráclito, y cerca de Pitágoras. En el centro de la escalinata Diógenes, destacado filósofo cínico y junto a él Euclides, pintado como Bramante, que comenta sus descubrimientos con algunos discípulos. Este lado del fresco es considerado muy a menudo una representación de las Artes Liberales. Finalmente, en un acto de audacia, Rafael se autorretrata mirando al espectador, en este mismo lado de la escena, como firma personal.

La caída de los gigantes

Comentario realizado por Darío Martín Rodríguez

Catalogación:

Tipo de obra: Pintura

Nombre de la obra: ”La caída de los gigantes”.

Autor: Jacob Jordaens.

Fecha: 1636-1638

Ubicación actual: Museo del Prado, Madrid.

Estilo: Barroco.

Descripción:

En la imagen aparece una escena en la que se representa la caída de los gigantes al intentar llegar al cielo.Se aprecia un total de ocho cuerpos y se encuentran en posturas muy diferentes.También poseen distintas expresiones.Destacan dos figuras, que son remarcables al estar sosteniendo grandes masas de roca y tierra.

Análisis formal:

En cuanto al análisis formal, se observa a simple vista que nos encontramos ante una obra Barroca, ya que se representa el momento cúlmen, y en él, las figuras se posicionan doblándose y retorciéndose en posturas y escorzos que marcan la musculatura de los personajes.Esta característica es una de las más usadas en el Barroco.

La técnica usada en la obra se trata de óleo sobre lienzo.Presenta grandes dimensiones, ya que consta de 285 centímetros en formato horizontal y 170 de altura aproximadamente.

En relación a los colores, cabe destacar el predominio de los cálidos frente a los colores fríos, que también aparecen.

Perteneciente al volumen y la profundidad destaca el dominio de la tercera dimensión.

La luz es una de las protagonistas de esta pintura, pues pese a representarse una escena de caída, la luz juega un importante papel y en su mayoría viene de una fuente natural como puede ser el sol.

En la obra también se plasma un profundo realismo, que busca representar la vida en su totalidad sin dejar de lado el dolor, la tristeza o la fealdad, con lo que queda atrás el idealismo característico del Renacimiento.

Análisis de contenido:

Respecto al análisis de contenido, la obra forma parte de la pintura del Barroco, periodo en la historia que surgió a principios del S.XVII en Italia y finalizó a mediados del S.XVIII con la aparición del Neoclasicismo.En este periodo el arte se caracterizó por pinturas con gran sentido del movimiento, la energía y la tensión.También por fuertes contrastes de luces y sombras, ya que potencian los efectos escenográficos de muchas obras.

Referente a esta obra, cabe mencionar que la autoría no recae completamente en Jordaens, pues el encargo fue dado a Rubens, que depositó su confianza en Jacob, por lo que es una colaboración entre ambos.De los autores cabe destacar que Rubens fue uno de los pintores flamencos más importantes del periodo, y tras su muerte, Jacob Jordaens será el último gran  maestro flamenco de la época en los Países Bajos.

De Rubens destacan obras como “El juicio de Paris” o “El descendimiento de la cruz”, y de Jordaens “La adoración de los pastores” o “El rapto de Europa”.

En “La caída de los gigantes” es representado un mito narrado por Ovidio en sus “Metamorfosis”, donde los gigantes que habitaban en la Tierra querían llegar al cielo, y por ello los dioses los castigaron.

Se puede inferir en la parte superior de la composición aparece el rayo de Júpiter, Zeus, lo que les hace caer.

Finalmente, la obra fue encargada, junto con otras 120 más aproximadamente, por Felipe IV.

Las encargó con la finalidad de decorar las salas del pequeño pabellón de caza del monarca, muy cerca del Palacio del Pardo.

Asgardsreien

Comentario realizado por Javier Soutelo

Catalogación

Tipo de obra: Óleo sobre lienzo

Nombre de la obra: La cacería salvaje de Odín (Asgardsreien)

Autor: Peter Nicolai Arbo

Fecha: Siglo XIX, 1872

Periodo: Romanticismo Tardío

Ubicación: Museo Nacional de arte, arquitectura y diseño en Oslo.

Descripción:

La pintura nos muestra, como su nombre indica, un grupo de hombres y dos valquirias con el pecho al descubierto y túnicas que cubren la parte inferior en plena cacería, montados en caballos que avanzan por el cielo y acompañado de varios cuervos, símbolo nórdico de la tragedia. Todos los caballos son de color negro con la excepción de un caballo blanco que lidera al resto y está dirigido por un hombre de barba blanca, ropajes azules, una espada con múltiples curvas similar a la famosa Ame no Murakumo Tsurugi (Espada de la lluvia de las nubes en racimo) o Kusanagi-no-Tsurugi (Espada de la serpiente); y un destacable casco dorado con cuernos, probablemente el héroe Sigurd. A la derecha e izquierda de Sigurd se observan a ambas valquirias y dos soldados que visten pieles, indicativo de que son Berserkers. Al fondo de la imagen, la cacería está  dirigida por el dios Thor, vestido en rojo sobre un caballo al que se le ha dado más relevancia que el resto, con una corona dorada y su famoso martillo en mano, el Mjolnir. Por debajo del punto donde circula la cacería, se observa un suelo desolado en plena noche. 

Análisis Formal:

La pintura está realizada en lienzo de dimensiones 169 x 264 cm y pintado al óleo, destacando principalmente los colores oscuros y fríos para el fondo y la mayoría de hombres y caballos pertenecientes a la cacería, excepto de aquellos que se pretende que destaquen sobre el resto como son las valquirias, el héroe Sigurd, uno de los Berserkers y el héroe Thor. También hay un foco de color cálido en la parte superior derecha del cuadro, de donde emergen los hombres de la cacería, representando las puertas de contacto entre el mundo humano y el reino de Asgard, lugar de residencia de los dioses. Hay dos puntos de luz principales que iluminan diversos elementos del cuadro. La luz de la luna ilumina la parte inferior del cuadro, triste y desolada al paso de la caballería, mientras que la luz cálida de las puertas de Asgard ilumina a los hombres que avanzan en la obra, creando una contraposición de luces entre la esquina inferior izquierda y la esquina superior derecha. Los elementos destacables del cuadro se organizan en una línea curva que se detiene a mitad del mismo, en una obra donde predominan las líneas curvas excepto la del horizonte, que presenta cierto grado de inclinación y es interrumpida por dos montañas en el fondo.

Asgardsreien presenta perspectiva aérea al eliminar los límites de forma y color mediante el uso de las nubes y niebla, y los múltiples cambios cromáticos. Destaca, además, su composición circular.

Análisis de contenido:

Peter Nicolai Arbo (Skoger, 18 de junio de 1831 – Christiania, 14 de octubre de 1892) fue un pintor noruego perteneciente a una oleada de artistas noruegos que vieron sus obras influenciadas por un romanticismo que tardó en llegar a su país. Estos artistas centraron sus obras en la mitología nórdica, destacando de este autor dos obras: Valkyrien (1865) y esta, Asgardsreien (1872), basada directamente del poema de Johan Sebastian Welhaven de mismo nombre, que describe esta misma obra en noruego. 

La cacería salvaje es un mito nórdico donde un grupo fantasmal acompañado de diversos dioses inicia una persecución a través de los cielos por encima de la tierra. A excepción de los dioses, siempre estaba formado por un grupo de muertos liderados por personajes históricos (o que se creían históricos) ya fallecidos, como Carlomagno,  Valdemar Atterdag (legendario rey danés) o el rey Arturo. En este caso, la figura elegida fue la del héroe Sigurd Ragnarsson, conocido en español como Sigfrido, protagonista de la epopeya Cantar de los Nibelungos. 

Las personas que se encontrasen en el camino de la cacería tenían dos opciones: o arrojarse al suelo evitando observar a la caballería y sentir las patas de los animales pisando su cabeza, o dejarse llevar por la partida de caza, que podía acabar de tres distintas maneras: con tu alma separada del cuerpo y arrastrada hacia el más allá por la cacería, con tu muerte por la furiosa estampida, o contigo sobreviviendo, pero siendo arrastrado lejos de tu hogar.

Los nórdicos usaban la cacería salvaje o Asgardsreien para explicar las tormentas, y servía como presagio de catástrofes venideras, ya fuese una plaga o guerra, aparte de la muerte de aquellos que hubiesen observado el fenómeno. 

Estas cacerías eran organizadas por el rey de los dioses, Odín, que o bien participaba en la cacería a lomos de su caballo de ocho patas Sleipnir, o enviaba a uno o varios Berserkers, guerreros vestidos en túnicas de pieles, medio hombres medio animales, que destacaban por su inmensa violencia y veneraban al propio Odín. Estos guerreros violentos existieron en la vida real y poseían una resistencia al dolor que los hacía muy destructivos en el combate.

El héroe y dios del rayo Thor destaca en el fondo por encima del resto. Es un personaje muy importante para este mito y no suele faltar cuando se narra el mismo. Odín suele ordenarle que dirija la estampida junto a la figura legendaria que esté también presente. 

Hércules contra la hidra de Lerma

Andrea Díaz Herranz.

Catalogación: 

Tipo de obra: Pintura. Óleo sobre lienzo.

Nombre de la obra: “Hércules contra la hidra de Lerma”.

Autor: Francisco de Zurbarán.

Fecha: 1634.

Lugar: Salón de los Reinos en el Palacio del Buen Retiro.

Ubicación actual: Museo del Prado, Madrid, España.

Estilo: Arte Barroco.

Descripción: 

Es una escena que representa a Hércules enfrentándose a una serpiente de nueve cabezas llamada Hidra.

Hércules se cubre con la piel de un león. Zurbarán destaca su poderosa figura en el centro de la escena, iluminándolo. A su espalda vemos la figura de su sobrino Iolao que porta una tea encendida.

Análisis formal: 

Su soporte es el lienzo, pintado con la técnica del óleo. Pintura barroca con especial atención al estudio anatómico de la figura de Hércules. Usa colores oscuros que provocan tristeza o angustia. La luz es tenebrista, iluminando al héroe principal y el resto de la composición en penumbra. Su perspectiva muestra un dominio absoluto de la profundidad. Su composición es abierta con claro dominio de la tercera dimensión.

Destaca el tratamiento de la piel del león con muy buena calidad.

Contrastan los rostros un tanto vulgares con la idea de un héroe mitológico, esto es típico del Barroco Español. (Ej. “Los Borrachos” de Velázquez).

Hércules está formando una diagonal con su cuerpo (composición típica del Barroco) y hay incorrecciones anatómicas que nos muestran las verdaderas carencias de Zurbarán como pintor. 

Análisis de contenido:

El cuadro hace referencia a los doce trabajos de Hércules que le encarga hacer el rey Euristeo. La Hidra de Lerna es el segundo trabajo que debe realizar. Euristeo le ordena matarla y Hércules junto a su sobrino Iolao parte a la guarida de la Hidra. Hércules le corta una cabeza y le sale otra nueva, entonces le pide a su sobrino que haga un tizón con una rama encendida. Hércules le corta las nueve cabezas quemándoles el cuello para que no vuelvan a crecer y vuelven a la corte de Euristeo.

Zurbarán se inspira en un grabado de Cornelis Cort y en una obra de Baltasar de Victoria que narra como Juno (Hera)le envía un cangrejo para morderlo y que no termine su tarea (dicho cangrejo aparece en el cuadro).

La obra le fue encargada a Zurbarán por Felipe IV para decorar el salón de Los Reinos en el Palacio del Buen Retiro, el salón se concibe como una exaltación de la figura de Felipe IV, a este enaltecimiento de la figura del monarca contribuye Zurbarán con sus obras, sobre todo con las escenas de Hércules. Las pinturas que nos muestran al legendario héroe realizando sus famosos trabajos, contienen una simbología político-histórica: Hércules no sólo es el fundador de la monarquía española, también de la familia de los Austrias; además, su vinculación a España queda atestiguada por la realización de varios de sus trabajos en suelo español, algo que estaba aceptado desde época greco-latina; y alegórica-religiosa: la identificación de Hércules con el Bien que vence al Mal provoca que Felipe IV, digno descendiente del semidiós, se convierta en una versión moderna del héroe, enfrentándose al Mal de su momento. 

Francisco de Zurbarán pintor del Siglo de oro español. Nació el 7 de noviembre de 1598 en Fuente de Cantos, Badajoz.

Hijo de Isabel Márquez y del comerciante vasco Luis de Zurbarán.

Fue aprendiz de Pedro Díaz Villanueva, pintor de imágenes piadosas, hasta que en 1617 viajó a Llerena.

Se estableció como pintor y contrajo matrimonio en 1618 con María Páez, que muere en 1623 y en 1625 se casó con Beatriz de Morales. Fruto de su matrimonio con María fue padre de: María, Juan, (que fue también pintor) e Isabel Paula.

En el año 1629 se instaló en Sevilla durante 30 años, hasta que se trasladó a Madrid donde pinta la serie mitológica de Los trabajos de Hércules y dos cuadros de batallas.

Sus obras principales son retablos y series de lienzos para conventos. También pintó retratos, cuadros históricos y sobre todo los bodegones.

Falleció en Madrid el 27 de agosto de 1664, sumido en la pobreza.

La pintura barroca presenció el nacimiento de nuevos géneros pictóricos, como son los bodegones, vanitas y cuadros costumbristas, que enriquecieron la iconografía religiosa heredada del medievo.

Se caracterizó por la búsqueda de realismo a través del efectismo (los trampantojos son comunes) y de una cierta teatralidad.

La luz y el color pasaron a ser grandes protagonistas, encargados de producir la profundidad y la perspectiva, más que la línea y el trazo.

Las formas fueron particularmente abundantes (como sucedió en todas las artes del barroco) y las pinturas se llenaron de volumen y de detalle, en lo que para muchos constituyó el dominio total de las técnicas pictóricas, tanto con óleo como al fresco.

El Tiempo cortando las alas de Cupido

Comentario realizado por Alejandra Baquero Marcos

Catalogación:

Tipo de obra: Pintura

Nombre de la obra: “El Tiempo cortando las alas de Cupido”

Autor: Pierre Mignard

Fecha: 1694

Lugar: Francia

Ubicación actual: Museo de arte de Denver

Estilo: Barroco

Descripción:

En este cuadro se observa a Cronos sentado con unas enormes alas a su espalda y desnudo. Sobre él está Cupido desarmado mientas Cronos le corta las alas. En el suelo a la izquierda están las flechas de Cupido, en el centro una guadaña y en la derecha un reloj de arena.

Análisis formal:

Es una obra pictórica realizada al óleo sobre lienzo. En este periodo artístico los personajes comienzan a tener una gran expresividad como podemos observar en la cara de Cupido que expresa gran dramatismo. El color se convierte en el principal protagonista del cuadro. Para darle un mayor realismo el autor utiliza la técnica del esfumato en los contornos y también es usada para el fondo de la imagen, de esta forma el paisaje no tiene tanta importancia como la tienen los personajes principales.

Los dos personajes principales se sitúan en el centro del cuadro. Ambos están representados con gran detallismo; lo podemos observar en los músculos de Cronos, en las alas de los dos y en el cabello. El autor se preocupó mucho de la representación anatómica, en Cupido podemos ver la piel que es representada luminosa y suave como la de un niño y por el contrario en la de Cronos vemos rudeza.

Cupido es representado con gran frustración como vemos en su cara y con movimiento, es pintado con las dos manos hacia arriba dando a entender que quiere escapar, de esta forma Pierre da sensación de movimiento a la imagen.

Análisis del contenido:

Este cuadro es perteneciente al Barroco, un movimiento artístico y cultural que se desarrolló en Europa a finales del siglo XVI y principios del XVII, en este periodo es característico el uso del óleo en las pinturas, es una técnica pictórica que consiste en mezclar los pigmentos con aceite de origen vegetal, junto al uso del óleo comienza a ser común el uso del lienzo ya que era más ligero y permitía que fuese transportada con mayor facilidad. En este caso mide 169cm x 119cm. 

Los temas más recurrentes de este periodo eran temas bíblicos y mitológicos como es en este caso. El cuadro representa la guerra eterna entre el amor y el tiempo. Mignard resuelve esta guerra favoreciendo al tiempo quien es representado por Cronos, dios mitológico grecolatino del tiempo. Cronos apresa a Cupido, el amor, y le corta las alas. Estas simbolizan la libertad y el anhelo del vuelo, algunas plumas ya yacen en el suelo. Cupido no se puede escapar de este ya que se encuentra desarmado, sus flechas se sitúan en el suelo en la esquina izquierda del cuadro. Cupido mantiene la mirada fija en el espectador con la que parece pedir ayuda. Cronos es representado como un hombre fuerte y en el rostro se observa cierta vejez como por ejemplo en las arrugas de la frente o en la barba, esto simboliza la sabiduría. Debajo de este se encuentra la guadaña y a la derecha el reloj de arena, símbolos de Cronos. 

EL RAPTO DE PROSERPINA

Ángela Estévez Jiménez

Catalogación: 

Tipo de obra: cuadro.

Nombre de la obra: “El rapto de Proserpina”

Autor: Rubens.

Fecha: 1636-1637.

Lugar: Museo del prado  (realizada para la torre de la parada).

Estilo: Barroco.

Descripción: 

El cuadro representa una escena en el momento que Plutón dios de los infiernos rapta a Proserpina hija de Ceres. Se ve a Minerva, Venus y Diana intentando que no se la lleve y a dos cupidos que llevan las riendas del carro y azuzan a los caballos. el cuerpo musculoso y más oscuro de Plutón contrasta con la blancura de los personajes. Las diosas se representan en actitud de impedir que Plutón se lleve a Proserpina, y el rostro de Proserpina manifiesta sufrimiento y descontento.

Análisis formal: 

El soporte usado en el cuadro es el lienzo, la técnica es el óleo que utiliza aceite para disolver los colores y se puede trabajar despacio porque se seca lentamente y permite rectificaciones, en el dibujo hay muchas líneas curvas y encontramos movimiento reflejado en los cupidos, Proserpina y las mujeres. Rubens hace las curvas muy bien definidas, mezcla colores fríos y cálidos y la luz parece entrar por la izquierda. La perspectiva es lineal y da esa impresión por los caballos que están más lejos y son el punto de fuga. Por último, la composición se basa en diagonales marcadas por los cuerpos sobre todo el de Proserpina.

Análisis de contenido: 

La obra trata el mito de Proserpina hija de Zeus y Deméter, que un día se encontraba paseando cuando de pronto Hades dios de los inframundos, locamente enamorado de la muchacha, la raptó convirtiéndola en la reina del inframundo. Esta desaparición sumió a su madre en una profunda tristeza. Allá por donde llevaba su pena convertía el lugar en desierto. Zeus, preocupado por lo que estaba sucediendo en la tierra y sintiéndose culpable por no haber hecho nada por detener a su hermano Hades, le exigió que liberara a la muchacha del reino de las tinieblas y la devolviera a los brazos de su madre. Al parecer, este accedió a ponerla en libertad si mientras recorría el camino de regreso desde el inframundo, Proserpina no probaba ningún alimento, pero termino comiendo seis semillas de una granada del inframundo, al romper esta condición, Haces la condenó a permanecer seis meses a su lado en las tinieblas y seis meses junto a su madre. Y esta alternancia según la mitología provoca el ciclo de las estaciones, durante seis meses en la tierra (primavera y verano) es fértil, los árboles dan frutos, las matas florecen hermosas… y por otra parte, durante los otros seis meses cuando Proserpina debe bajar junto Hades al inframundo los árboles y flores pierden su brillo (otoño e invierno). Las fuentes del mito son la metamorfosis de Ovidio.

Rubens (autor de la obra) tiene un estilo exuberante que enfatiza el dinamismo, el color y le da sensualidad, Rubens era flamenco.  Sus principales influencias procedieron del arte de la Antigua Grecia, de la Antigua Roma y de la pintura, se conservan aproximadamente mil quinientos cuadros suyos y trató una amplia variedad de temas pictóricos: religiosos, históricos, de mitología clásica, escenas de caza, paisajes, retratos; así como dibujos, ilustraciones para libros y diseños para tapices.

El Barroco tiene sentido del movimiento, la energía y la tensión, contraste de luces y sombras que realizan los efectos escenográficos de muchos cuadros.

El Rapto de Europa

Comentario realizado por Carlota Pacheco Martín.

Catalogación:

Tipo de obra: Pintura.

Nombre de la obra: “El Rapto de Europa”.

Autor: Tiziano

Fecha: 1560 – 1562.

Lugar: Museo Isabella Stewart Gardner.

Estilo: Renacimiento, escuela veneciana.

Descripción: 

Esta imagen representa a una joven llamada Europa a lomos de un toro blanco en el mar. Arriba hay dos ángeles volando con arcos y flechas. En el mar hay otro ángel con una carpa. En el fondo a la izquierda se puede divisar a tres mujeres.

Análisis formal: 

La técnica usada para representar El Rapto de Europa es la pintura al óleo sobre lienzo. Se utiliza la técnica de paños mojados, además de mostrar cierto movimiento en las prendas, el humo del volcán, las nubes y en el movimiento del agua.

En la cara de Europa podemos encontrar rasgos de expresión. Hay elementos simbólicos como la corona de laurel que lleva el toro, el cual es Zeus.

En el fondo se puede apreciar un paisaje de montañas con playa. Se emplea colores vivos y se puede encontrar el gran uso que se emplea de la perspectiva aérea y la composición es asimétrica.

Análisis de contenido:

Europa, hija del rey Agenor, estaba un día en la playa con sus amigas cuando fue visitada por Zeus, quien se sintió atraído por la belleza de la joven. Para acercarse a ella sin levantar sospecha, el dios se transformó en un toro blanco. Con esta forma se acercó a ella y se sentó a sus pies. Europa fue cobrando confianza en él y lo empezó a acariciar. Fue tanta la confianza que se subió a su lomo y aprovechó el momento para levantarse y adentrarse en el mar consigo. Ambos llegaron a la isla de Creta, donde el dios y la mortal se unieron a la sombra de unos árboles que, en recuerdo al acontecimiento, nunca perderían sus hojas. De este amor nacen Minos, Sarpedón y Radamantis. 

El autor de esta obra es Tiziano, un pintor italiano del Renacimiento. Conocido por su pincelada delicada, enérgica y muy expresiva, fue el miembro más destacado de la escuela veneciana. Manejaba las composiciones asimétricas y sin jerarquía.

EL LAVATORIO DE LOS PIES DE TINTORETTO 

Por Marta López de Francia 

Catalogación:

Nos encontramos ante “El lavatorio de los pies”, cuadro realizado por Tintoretto entre 1548 y 1549. Perteneciente al estilo manierista. Actualmente se ubica en el Museo del Prado en Madrid. Durante un tiempo se creyó que era una copia realizada por la escuela de Tintoretto, residiendo el original en la catedral de Saint Nicholas de Newcastle upon Tyne (Gran Bretaña), pero tal afirmación fue desmentida por los expertos. 

Descripción

En la imagen se representa el pasaje del evangelio de san Juan 13,2-14 en el que Cristo lava los pies a sus apóstoles. Sobre la cabeza de Cristo se vislumbra la escena de la última cena en un tercer plano tras un vano. En el centro del cuadro, la mesa sobre la que tendrá lugar la anteriormente mencionada última cena con algunos apóstoles apoyados sobre ella mientras conversan. Esparcidos por el espacio pictórico, más apóstoles se descalzan. 

Análisis formal

Se trata de un óleo con aceite como aglutinante sobre lienzo, técnica y soporte característicos de los pintores venecianos. De perspectiva lineal y ligeramente aérea. El punto de fuga se encuentra drásticamente desplazado a la izquierda, donde se sitúa el arco del canal. La escena principal (Cristo lavando los pies a sus seguidores) está situada a la derecha en un primer plano; a medida que la mirada del espectador se desplaza hacia la izquierda en una diagonal moderada, se percibe la situación de los personajes en planos más lejanos, culminando con el apóstol que reza apoyado en una columna. Cerrando la composición por la izquierda, uno de los seguidores de Cristo se ata la sandalia en un primer plano. También destacan ciertos escorzos como el del hombre al que ayudan a quitarse las calzas, peculiar tratamiento de los cuerpos muy característico del Manierismo. En la zona inferior del centro del cuadro, a pocos pies de Jesús se sitúa un perro acaparando la atención del espectador. En un primer momento puede resultar desconcertante, pero si se piensa en términos iconográficos, podría representar la fidelidad de sus acólitos (o simplemente fue incorporado para aportar más naturalismo a la escena, está abierto a interpretación). La situación de Cristo en el cuadro se debe al emplazamiento original del cuadro; la situación que debía ocupar era el muro lateral del ábside, por lo que Tintoretto lo pintó de manera que los creyentes vieran más cerca la parte donde estaba Jesús. Gracias a la posición de la mesa, los distintos planos en los que se hallan los personajes, los escorzos, el tratamiento del color aclarándose con la lejanía y las líneas de baldosas del suelo se logra un efecto de profundidad. En cuanto al color, se emplea una amplia gama de tonos (rasgo particular del estilo pictórico al que pertenece), combinando los cálidos (amarillos, marrones y rosas anaranjados) con una serie de tonos fríos (grises y verdes), destacando los distintos azules. Dicha paleta cromática recuerda ligeramente a la utilizada por Rafael en “La escuela de Atenas”. El color predomina sobre la línea debido al uso de la pincelada suelta, aspecto muy característico de la pintura veneciana. 

La iluminación es blanca y brillante provocando un moderado efecto de claroscuro. Entra por la parte derecha del cuadro. Aporta volumen a las figuras, entre otras cosas remarcando los pliegues de la tela. Las figuras representadas son perfectamente proporcionadas y es notable el dominio anatómico del autor, siendo capaz de marcar con gran detallismo los diferentes músculos de las extremidades de los personajes (fruto de su influencia de Miguel Ángel). El fondo del cuadro lo ocupa un paisaje similar a lo que podría ser la ciudad de Venecia, con un canal y elementos arquitectónicos clásicos (arquerías de medio punto, columnas toscanas y un arco con frontón). También se trata de un componente presente en la pintura Veneciana. 

Análisis del contenido

La obra fue encargada para la Iglesia de San Marcuola en Venecia. Debía ocupar un espacio en el muro lateral del ábside frente al cuadro “La última cena” teniendo que hacer juego con él, por ese motivo son representadas dos escenas: el lavatorio de pies que realiza Cristo a sus seguidores (tema principal) y la última cena (en un tercer plano, como continuación del tema del cuadro). Como ya hemos dicho, Tintoretto plasma el momento en el que Jesús purifica al apóstol Simón Pedro mediante la ablución de sus pies tras negarse éste pero acabar cediendo, inspirándose en el pasaje bíblico del evangelio de san Juan 13,2-14. El Lavatorio adquiere un significado teológico, simbolizando la purificación que debe experimentar el alma antes de su comunión. El tema representado está fuertemente vinculado con la iglesia para la que fue realizado el encargo, dado a que ahí era donde el Dogo (el más alto cargo de la República de Venecia) solía lavar los pies a doce mendigos el día de Jueves Santo. Se trata de un cuadro realizado durante el Renacimiento, movimiento artístico que aparece en Italia y se desarrolla durante los siglos XIV al XVI característico principalmente por el resurgimiento de los valores clásicos. Este periodo se divide en dos periodos: el Quattrocento (Siglo XV, momento en el que Florencia era la ciudad más próspera de Italia, el centro artístico italiano y la cuna del Renacimiento, destacando los Médicis como los mecenas de los artistas del momento) y Cinquecento (Siglo XVI, momento en el que la capital artística de Italia se traslada desde Florencia hasta Roma, residencia de los papas, los mecenas del momento. Supone el triunfo de la armonía y el equilibrio). Como reacción ante esta última fase surge un estilo artístico que se rebela ante el clasicismo renacentista, pasando de un arte prácticamente matemático a un arte de expresividad desbocada sustentada en la exageración, el contraste, las posturas complejas de los cuerpos, cánones estéticamente alargados, gamas cromáticas amplias y brillantes y el tratamiento de la luz artificioso. A este movimiento pertenecía el propio Tintoretto a la vez que a la escuela pictórica veneciana, conocida por el predominio absoluto del color sobre el dibujo y el protagonismo del paisaje en los fondos de los cuadros; aspectos que Tintoretto refleja en su obra dejándose empapar a su vez por el lenguaje manierista, resultando un estilo propio muy característico influenciado enormemente por Miguel Ángel en la perfecta representación anatómica de los personajes y las actitudes de éstos en ocasiones violentas o bruscas. También destaca por sus latentes contrastes lumínicos y un uso peculiar de la perspectiva. 

Tintoretto es considerado, junto a Veronés, el representante más importante de la Escuela Veneciana de la generación posterior a Tiziano, instruyéndose junto a él durante diez días. Recibe muchas influencias de Miguel Ángel y Andrea Schiavone. Trabajó los contrastes de luz y sombra, las perspectivas, escorzos forzados y grupos escenográficos, convirtiéndose éstos en sus signos de identidad. También trabajó como retratista, destacando obras como La dama que se cubre el seno y El caballero de la cadena de oro, aunque es más conocido por sus obras de tema religioso como los tres lienzos que, sobre los milagros de San Marcos, pinta para la Scuola di San Marco: El lavatorio y La última cena. También son de gran importancia las escenas bíblicas de la Scuola di San Rocco entre 1564 y 1587 y las realizadas en el Palacio Ducal de Venecia. La escena representada en El lavatorio de los pies, aunque sea de naturaleza religiosa, su finalidad ya no será didáctica como en periodos artísticos anteriores (románico, bizantino…) sino narrativa, ya que permite al espectador seguir el hilo de la historia, jugando en este caso con la yuxtaposición de dos escenas sucesivas colocadas en un mismo espacio pero que se producen en momentos distintos. Este hecho es fruto de la evolución del pensamiento producida durante el Renacimiento, perdiendo la religión cristiana gran parte del poder que tuvo antaño, cuando constituía la base del arte occidental (aunque en algunos países como España, el arte seguirá siendo eminentemente religioso). 

EL LAMENTO POR ÍCARO 

Comentario realizado por Maya Llorente Bartolomé 

Catalogación:

Tipo de obra: pintura.

Nombre de la obra: “El lamento por Ícaro”.

Autor: Herbert James Draper.

Fecha: pertenece a 1898 a pesar de que esta inspirada en la mitología de Grecia.

Lugar: en 1900 recibió la medalla de Oro en la Exposición Universal en París.

Ubicación actual: en el Museo Tate Britain en Londres, Reino Unido. Estilo: mantiene un estilo clasicista y pertenece a la era victoriana en cuanto al arte se atribuye al Romanticismo; Romanticismo- clasicista. 

Descripción: En el cuadro aparece Ícaro en primer plano, que en la mitología griega es hijo del arquitecto Dédalo, constructor del laberinto de Greta y de una esclava llamada Náucrate. 

El cuerpo de Ícaro, ya sin vida tras la caída, parece deshacerse en brazos de una ninfa agarrándole con delicadeza y suavidad; a su lado, una segunda ninfa mantiene una importante presencia ya que en su brazo izquierdo lleva una pequeña lira dorada. A la derecha del cuadro, cerca de la esquina inferior aparece una tercera ninfa mirando a Ícaro con sus piernas bajo el agua y sus manos apoyadas sobre una roca, a diferencia de las otras ninfas, está lleva su pelo corto mientras que las otras dos mantienen un largo cabello dorado. 

Las tres ninfas llevan alrededor de la cabeza una corona de flores. La sensualidad de la escena es evidente en las ninfas, desnudas emergen de las aguas, lamentan su muerte y tocan melodías melancólicas. 

Ícaro parece estar apoyado en una gran superficie, como una roca que se encuentra en mitad del mar tranquilo, sin ningún tipo de oleaje. Al final, resalta un gran foco de luz, que se debe a los dorados rayos de sol que se reflejan muy levemente en las aguas. 

Nuestro personaje se encuentra con una expresión relajado, aunque apenas se le aprecia la cara, pues esta tumbado con la cabeza hacia la izquierda lo que impide tener una visión total de este. 

En la cadera lleva unas telas que le ayudan a tapar la entrepierna y que se juntan a la vez con sus grandes alas intactas en las que aparece un degradado donde el final de las alas es más oscuro que en el interior. 

Análisis Formal: La técnica que utilizo Draper fue óleo sobre la superficie de una tabla. El óleo utiliza el aceite para disolver los colores, esta ha sido la técnica pictórica más importante desde el siglo XV hasta la actualidad. 

El tamaño del cuadro tiene unas dimensiones de 180cm X 150cm. Supo hacer una simbiosis perfecta entre el dibujo y la técnica más puramente academista y el uso de un colorido moderno y avanzado, más propio del postimpresionismo o incluso el puntillismo. 

Draper se sirve del mito de Ícaro para hacer una representación de este, diferente a como se había hecho hasta el momento. 

El uso del cuerpo masculino como medio para la proyección de la emoción subjetiva, como en este cuadro, es una característica de la escultura y pintura victoriana tardía. 

Aplicó efectos líquidos de luz sin abandonar la forma, además usó en su mayoría una composición de colores cálidos repartidos por toda la obra. 

En esta pintura aparece la figura de una “criatura con alas” que es usada para crear una apariencia más elegante, simbólica y romántica. Moralizadora, sentimental y sensual es en lo que se ha convertido esta obra de una caída épica con una composición excelente. 

Se aprecia una perspectiva aérea junto con una composición circular, esto hace que el foco de atención se centre en el centro, es decir, en Ícaro. 

Análisis del contenido: Dado que nuestro cuadro a comentar pertenece a la mitología griega acompañada del mito de Ícaro, veremos a continuación su historia para poder entender mejor la obra de Draper. 

Ícaro era hijo de Dédalo, un reconocido arquitecto ateniense, famoso por haber diseñado el laberinto del Rey Minos de Creta para encerrar al minotauro, una monstruo mitad hombre mitad toro; nacido de la esposa del rey con el toro de Creta. Minos solía ofrecer sacrificios a la bestia, encerrando a personas en el laberinto para que esta bestia los matase. 

Teseo, hijo del noveno rey de Atenas Egeo, se presenta como sacrificio voluntario para matar al minotauro. Adriana, hija del rey de Creta se enamora del héroe en cuanto le ve y, apenada por la posible muerte de este, le ofrece secretamente una bola de estambre que recibe de Dédalo para que el joven marque el camino recorrido del laberinto. Teseo sigue los consejos que Dédalo le hace llegar a través de Adriana y consigue llegar al centro del laberinto y matar al minotauro. 

Por la ayuda brindada del joven héroe, Dédalo es considerado traidor y es encerrado junto a su hijo en el laberinto. Sabiendo que el Rey Minos controlaba las rutas terrestres y marinas; Dédalo ingenia una manera de escapar por el único medio que encuentra libre, el aire. 

El inventor trabaja entonces en dos pares de alas hechas de plumas unidas con cera para él y su hijo. Comprobando que funcionan, le ofrece un par a Ícaro, aconsejándole que no vuele ni muy alto ni muy bajo, sino que siga su guía, pues el sol o el agua del mar pueden llegar a dañarlas. 

Los dos escapan y en medio de la euforia del vuelo, Ícaro olvida las advertencias de su padre d, elevándose por los aires más de lo debido al punto que el calor del sol derrite la cera de sus alas. Aleteando inútilmente, Ícaro cae desde las alturas para ser recibido por las fauces del mar. 

Dédalo lloró la muerte de su hijo y maldijo su habilidad, las técnicas y saberes en los que era maestro y que habían conducido a la muerte de Ícaro. Todos comprendieron su dolor, pero al comportarse de esta manera el sabio Dédalo no tuvo en cuenta que la ciencia nunca debe estar alejada de la prudencia; que la verdadera sabiduría es hija del matrimonio que forman el saber y la prudencia que da el buen juicio. 

En el cuadro encontramos que la piel oscura de Ícaro hace referencia a las consecuencias de su acercamiento al sol, antes de la caída y su cuerpo frágil indica la vulnerabilidad del cuerpo, la mortalidad. Así mismo los rayos de sol mientras se ponen en las colinas lejanas enfatizan la transitoriedad del tiempo 

Las ninfas que están alrededor de Ícaro, aparecen representadas como un eco de la perfección física que poseen dos símbolos asociados a la fugacidad; la lira y la corona sobre el cabello de estas. 

La historia da muestra de la fatalidad que la complacencia y el orgullo traen tanto sobre el ser humano como sobre los seres divinos. 

Muchos otros personajes mitológicos de otras religiones también han encontrado su desgracia al intentar elevarse más alto que el sol o que “dios” mismo. Igualmente, el mito; es un recordatorio de lo dañinos que los extremos pueden llegar a ser si el camino de la vida no se transita con mesura ni se escucha a los consejos de la sabiduría. 

En cuanto al carácter moralizador de la obra, a parte de todo lo dicho anteriormente; para algunos historiadores del arte y críticos esta obra se enmarca en una tendencia de la época en la que los burgueses demandaban cuadros con desnudos femeninos, pero ante ellos una capa intelectual los “permitía” en este caso la historia mitológica que acompaña a la obra. Todo esto muy en la línea del puritanismo de la época victoriana. 

Herbert James Draper, es un pintor inglés de la era Victoriana. Estudió arte en la academia real en Londres y emprendió varios viajes educativos a Roma y a París entre 1888 y 1892. En los años 90 trabajó también como ilustrador y en 1894 comienza el período más productivo de Draper. Se centró principalmente en temas mitológicos de Grecia antigua. Su pintura “el lamento de Ícaro” a partir del 1898 ganó la medalla de oro en la Exposición Universal en París en 1900. Aunque Draper no era ni miembro ni asociado de la academia real, participó en las exposiciones anuales a partir de 1897. Durante su vida, Draper fue absolutamente famoso y pintor bien conocido del retrato. En los sus años pasados su renombre decayó y casi se olvida hoy en día. 

El Juicio de Paris

Comentario realizado por Jara Jiménez Pérez

Catalogación:

Tipo de obra: pintura.

Nombre de la obra: “El Juicio de Paris”

Autor: Pedro Pablo Rubens

Fecha: hacia 1638

Lugar: Palacio del Buen Retiro

Ubicación actual: Museo Nacional del Prado (Madrid)

Estilo: Barroco, escuela flamenca

Descripción:

Este cuadro representa a siete personajes principales: tres mujeres desnudas, un perro y dos hombres junto a un árbol, uno de ellos sostiene una manzana. En la zona derecha del cuadro hay un Cupido volando y otro agarrando a una de las damas. Al fondo se puede apreciar unos campos en los que pastan unas ovejas.

Análisis formal: 

Se trata de una pintura al óleo sobre lienzo en la que se aprecian algunas de las características de la pintura barroca:

La composición es compleja: debido a que hay un grupo de figuras, con un paisaje al fondo y enmarcado por árboles. Hay una preferencia de uso líneas curvas y sinuosas típicas del Barroco (ej. diosas, las nubes, los árboles, los tejidos o las tierras del fondo). Los personajes muestran considerable expresividad, como se puede comprobar en la expresión de satisfacción de Afrodita o de duda en Paris. Los rostros representan rasgos individuales, supuestamente Elena Fourmet, la mujer del pintor, le sirvió como modelo para la diosa del amor. La escena presenta un gran dinamismo como se observa en el movimiento de los cuerpos de Hera o del pastor. 

Empleo de contrastes:

En la pintura se contraponen las pieles claras de las diosas y de los niños con las pieles más rosadas de los hombres, situados en la izquierda. Igualmente se confrontan el color rojo de las capas con los cuerpos nacarados de las diosas. De igual modo hay disparidad del foco de luz -muy potente en las mujeres y más reducido en los árboles- o del color de los cabellos, más claro en los habitantes del Olimpo y más apagado en Paris.

Por todo lo que hemos mencionado (ornamentación recargada, prioridad de las líneas curvas o el movimiento) es un buen ejemplo del arte barroco.

Análisis de contenido:

Este cuadro representa el mito del Juicio de Paris: el momento en que éste se decantó por Afrodita -este es el momento que muestra el cuatro, ya que ella tiene una corona sobre su cabeza, símbolo de que había sido la elegida por él-. Este episodio mitológico transcurre tras la boda de Tetis y Peleo, padres de Aquiles, quienes no invitaron a la diosa alada Eris o Éride, personificación de la discordia. Esta finalmente se presentó, portando en su mano una manzana de oro, símbolo de la discordia. En un momento dado la lanza, anunciando que será para la más bella de las diosas. Tres de ellas se disputan el premio: Hera, Afrodita y Atenea.  Zeus -quien debería escoger entre las tres- ordena que Hermes lleve a las diosas y a la manzana al monte Ida, donde se encontraba el joven pastor Paris (príncipe de Troya aunque él aún no lo sabía puesto que había sido abandonado tras una ensoñación de su madre en la que daba luz a una antorcha que prendería la ciudad). Cada una de las diosas le ofreció un deseo si era elegida: la del matrimonio, dominar el mundo, la del deseo y el amor que la persona más hermosa del mundo se enamorase de él y finalmente la de la sabiduría y de la guerra le prometió todo el conocimiento del mundo además de ganar en todas las batallas. Paris se decantó por Afrodita esta decisión será el punto de partida de la guerra de Troya, ya que la mujer más bella era Helena, que estaba casada con Menelao, rey de Esparta.

Los personajes que se muestran son: Paris, sentado en un tronco, con expresión dubitativa, vestido pobremente. A su lado Hermes, con sus características zapatillas aladas y su caduceo, porta la manzana de oro. Seguidamente está Atenea, semidesnuda, más abajo está su atributo: la armadura de guerra. Afrodita, sin apenas ropa para mostrar su belleza, lleva su característico brazalete (ya se la representaba con este desde la antigua Grecia como evidencian obras como la Afrodita de Cnido o la de Capua), se encuentra con su hijo Eros. Hera está vuelta, tiene sus símbolos: la diadema y el pavo real. Por último, cabe destacar la presencia de los animales: un perro y ovejas, en segundo plano, que hacen referencia al oficio de pastor de Paris y el pavo real.

Autor

Esta pintura fue un encargo del monarca Felipe IV  al pintor flamenco. Nacido en 1577 en Westfalia gracias a su gran taller de artistas dejó a la posteridad  cientos de obras. Tratan temas muy variados, desde la mitología clásica (“Eolo”, “Rapto de las hija de Leucipo”, “Diana y Calisto” o “Las Tres Gracias”), temas religiosos (“La adoración de los Magos”, “El juicio de Salomón” o su antología de Santos) o retratos (el de Spínola, cardenal-infante Fernando de Austria o Helena Fourmet).

El Juicio de Paris, que ya había sido pintado por Rubens en anteriores ocasiones (uno que se encuentra en el Prado del 1606-1608, otro en la National Gallery de Londres del 1597-1599). La obra que nos incumbe solo son las figuras de Rubens, ya que el paisaje fue pintado por su discípulo Lucas van Uden. Ya que en en 1638, cuando le fue encomendado, estaba anciano y enfermo de gota, muriendo dos años después dejando el cuadro de “Perseo liberando a Andrómeda” sin acabar.

Repercusión de la obra

En el siglo XVIII Carlos III y su mujer Mª Amalia de Sajonia consideraron esta obra como impúdica y se dice que incluso pretendieron quemarla junto a una docena de obras de Durero (“Adán y Eva”) o Tiziano (“Venus y Adonis”). Tras la mediación de Raphael Mengs a través de Floridablanca el rey accedió a conservarlos. En 1827 se creó la “Sala Reservada” en el Real Museo de Pinturas y Esculturas (Actualmente el Museo Nacional del Prado) en la que se exponían desnudos. Desapareció en 1833 con el nombramiento de José de Madrazo como nuevo director del museo. 

El mito de “El Juicio de Paris” ha sido representado en multitud de ocasiones, por artistas muy variados como Boticelli (1485), Cézanne (1864), Renoir (1910) o Mingote (1994) y sin duda unas de las más versiones más curiosas son la de Eleanor Antis (2007) y la de Federico Jiménez Fernández (1882).

“El Infierno” por  Sandro Botticelli 

Comentario de  por  Sofiia Sharova

CATALOGACIÓN

Tipo: cuadro (ilustración de una obra escrita)

Fecha: 1480-1595

Cultura: Renacimiento italiano; Quattrocento

Ubicación: la biblioteca de vaticano

Es una obra original aunque la idea pertenece a Divina comedia de Dante

Soporte y  técnica: una lámina de pergamino pintada con la técnica “a la punta de plata”

DESCRIPCIÓN 

Se trata de un mapa del infierno. Es una interpretación por parte del artista de la obra escrita de Divina Comedia de Dante. El infierno aparece dividido en 5 círculos: limbo, lujuria, gula, avaricia y prodigalidad, ira y pereza, herejía, violencia, fraude y traición. En cada círculo los pecadores aparecen vigilados y torturados por un personaje mitológico correspondiente, por ejemplo el tercer círculo vigilado por cerbero. En el último círculo aparece Satanás. Infierno está incrustado en el centro de la Tierra.

ANÁLISIS FORMAL

La obra entera de Botticelli sobre la Divina comedia son 85 láminas que en su mayoría están recogidas en Kupferstichkabinett en Berlín. 

Las hojas son láminas de pergamino que miden 325*475mm. A excepción de la obra de Infierno que mide el doble. Las representaciones se encuentran por el lado más liso del pergamino y los textos por el otro. 

 Botticelli trazaba en la superficie con la ayuda de puntas metálicas los primeros esbozos de los dibujos. Entre los instrumentos utilizados se distinguen: punta de plaza que va aplicada de forma sutil y a veces con un poco mayor intensidad.  Después hace el uso del lápiz y de las tintas. 

La perspectiva no es el factor de mucho interés ya que el pintor trata de contar la historia de la obra y transmitir la relación entre los personajes. Representa más grande aquello que le interesa más. Los personajes son parte fundamental en sus dibujos. 

Botticelli nos da por tanto un innovador proyecto de modernidad en cuanto al estilo de los dibujos,  así como el tipo de encuadernación y de presentación de las láminas. Rompe con la tradición de inserción de las imágenes en la parte inferior del verso.

ANÁLISIS DE CONTENIDO

Botticelli nació en Florencia; alumno de Fra Filippo Lippi.  Pintor italiano. Muy valorado en la actualidad, Sandro Botticelli no se cuenta entre los grandes innovadores del Renacimiento, sino que se inscribe más bien en un grupo de pintores que rehuyó el realismo a ultranza y se inclinó por un estilo basado en la delicadeza, la gracia y un cierto sentimentalismo. 

La trayectoria artística de Sandro Botticelli se inició con obras de temática religiosa, en particular con vírgenes que, como la Virgen del Rosal, denotan un gran vigor compositivo.

El autor recreó la obra de dante en una novela gráfica de más de 300 páginas. Los dibujos datan más de un siglo después por tanto nunca se llegaron a conocer ambos autores. La obra de Dante le servirá para reflexionar sobre el infierno. Los autores de la época intentaron construir una especie de “obra de arte total” que incluirá no solo la narrativa sino también la imagen visual. Tanto en la obra de Dante como Botticelli el autor viajara a través de un infierno construido por nueve círculos:

  1. Limbo. Espacio para aquellos que han sido buenas personas en vida, pero no recibieron el bautismo, lo que les impide entrar en el cielo. Su castigo era el deseo, nunca satisfecho, de querer conocer a Dios. Algunos ilustres moradores son Homero, Aristóteles, Platón, Averroes.
  2. Lujuria. Es la puerta del verdadero infierno, donde Minos juzga a los recién llegados y les asigna el lugar donde cumplirán su condena eterna. En este círculo  retiene a los que en vida se dejaron arrastrar por la lujuria; un fortísimo viento no les dejará reposar un solo instante. Aquiles, Tristán, Paris, y muchas mujeres: Cleopatra, Semiramis, Helena o Francesca de Rimini, contemporánea de Dante cuya vida quedó como símbolo de adulterio y lujuria quedó inmortalizada también en una treintena de obras de teatro y óperas.
  3. Gula. Lugar destinado a los glotones, metidos en el fango bajo una lluvia continua de granizo; y bajo la amenaza del perro guardián Cerbero, que no dudaba en desgarrarlos con uñas y dientes.
  4. Avaricia. La avaricia fue la perdición de quienes acabaron en el cuarto círculo, tanto los avaros, que acumularon riquezas, como los pródigos, que las derrocharon; ambos fueron castigados a arrastrar grandes pesos de oro en dirección contraria, con el consiguiente enfrentamiento.
  5.   Ira y Pereza. Laguna Estigia donde moran los iracundos y los perezosos; los primeros mantienen su espíritu rabioso golpeándose unos a otros por toda la eternidad, mientras que los segundos, poco dados a la acción en vida, permanecen bajo el fango privados de aire y palabra.
  6. Herejía. El sexto es la ciudad de Dite, entre cuyos muros los herejes son castigados por las Furias,  Megera, Alecto y Tisífone, espíritus de la venganza.
  7. Violencia. A partir de este nivel, se encuentran todos aquellos que han vivido entregados a la malicia, equiparable a la bestialidad representada por el Minotauro que custodia la entrada.

Está dividido en tres «giros»:

    Homicidas y criminales, tiranos y violadores y bandidos, compartiendo el Flegetonte, río de sangre hirviente que les recuerda continuamente la sangre que hicieron verter; según el nivel de violencia que ejercieron, estarán más o menos inmersos en el río. Centauros nada amistosos los vigilan y castigan si alguno intenta sobresalir del nivel que le ha sido establecido.

    Los que ejercieron la violencia contra sí mismo, divididos en suicidas (transformados en árbol, ya que renunciaron a su humanidad, picoteados por las Harpías) y los que buscaron la muerte en manos de otros.

    El tercero, relacionado con el fuego (que aquí ya no purifica), lo comparten los blasfemos, inmóviles bajo incesante lluvia de fuego; los sodomitas, igual, pero con la facultad de poder correr; y los usureros, que permanecen sentados bajo la misma lluvia de fuego.

  1. Fraude. Círculo dividido en diez recintos donde moraban aquellos que no fueron dignos de confianza.
  1. Proxentas y embaucadores, azotados por demonios cornudos.
  2. Aduladores, entre excrementos humanos.
  3. Simoníacos, aquellos que se enriquecieron a costa de la Iglesia.
  4. Adivinos y magos, aquellos que usaron facultados solo atribuibles a Dios. Llevaban el rostro vuelto hacia atrás, en contraste con su presunción de poder ver el futuro.
  5. Políticos corruptos, malversadores de dinero público, inmersos en un lago de brea hirviente.
  6. Hipócritas, aquellos que mostraba cierta imagen al mundo exterior, pero solo es apariencia.  Iban vestidos con pesadas capas doradas, pero de plomo, pues ya no hay «máscaras de oro» con las que engañas.
  7. Los ladrones, entre serpientes y con las manos atadas.
  8. Consejeros fraudulentos, que allí intentaban hablar pero apenas podían.
  9. Sembradores de discordia, aquellos que provocan guerras, cismas o problemas interfamiliares.
  10. Falsificadores y perjuros; cada uno de estos sufriendo perennemente una enfermedad distinta.
  1. El último círculo también está dividido en varias estancias y además está habitado por gigantes, que al mismo tiempo son condenados y custodios. Es un gran lado helado donde acabaron aquellos que ejercieron la frialdad de su corazón: los que traicionaron a aquellos que confiaron en ellos. Hay cuatro zonas diferenciadas:
  1. Caina, para los traidores a los allegados, sumergidos en hielo hasta la cabeza con la cara hacia abajo.
  2. Antenora, los que traicionaron a colectivos a los que pertenecían,  sumergidos con la cara hacia arriba o con hielo que cubre la mitad de la cabeza.
  3. Tolomea, para los traidores de los huéspedes, sumergidos en el hielo con la cabeza echada hacia atrás.

Dánae y la lluvia de oro.

Comentario realizado por Almudena Sánchez.

Catalogación:

Tipo de obra: Pintura

Nombre de la obra: “Dánae y la lluvia de oro”

Autor: Tiziano

Fecha: 1553.

Ubicación actual: Museo del Prado.

Estilo: Renacimiento, escuela veneciana

Análisis formal: 

El punto de tensión es el dorado de la lluvia y las monedas donde confluyen las miradas.

Se pueden señalar varios elementos: la composición es cerrada, cierran el muro de otros de la sirvienta y las cortinas de color rojo.

La escena se puede dividir en tres partes la parte central para la lluvia de oro y las monedas, la izquierda por Dance y la derecha la sirvienta y el atardecer.

Los volúmenes son proporcionados y contrastados Dánae luce piel blanca y cálida, cuerpo redondeado y zonas de sombra en la cara y en la pierna. Este cuerpo contrasta con el color oscuro de la sirvienta que luce ropa y pañuelo en la cabeza de color azul.

Predomina el color sobre el dibujo con tonos muy cálidos: rojos, dorados y las texturas del cuerpo de la princesa rodeado en los contornos.

La luz procede de un foco del exterior del lado derecho que se ve en las piernas, sombras.

Existe otro foco en el centro y otro en el paisaje que además tiene área de profundidad.

Tiziano presenta fuerte contraste en las dos mujeres, Dánae es joven, no se tapa el sexo como Venus ambos se encuentran en actitud de espera una en el encuentro carnal y otra la recompensa.

El ritmo es dinámico nuestros ojos se dirigen al cuerpo de Dánae.

Elementos secundarios: El perrito y la pulsera.

Análisis del contenido:

Es pintura en lienzo creado por Tiziano. Tiziano es de (1490-1567). Su larga vida le permitió una obra variada (religiosos, mitológicos, y retratos) y trabajaron para diferentes clientes entre ellos el Emperador Carlos V o Felipe II. Las características de Tiziano: su gran aportación es la relación color azul es el maestro en la utilización del color que influido por focos de luz área una especial atmosfera. Al final de su vida empieza a trabajar con manchas de color. Las composiciones suelen ser refinados, lujosos y sensuales en las que tienen gran importancia elementos secundarios: mobiliario, ropas, vestuarios, otras de sus obras como Venus recreándose en la música.

Este cuadro tiene una función mitológica y religiosa. El tema mitológico: Donde fue encerrado en un torreón por su padre para evitar que se cumpliera el oráculo. Su nieto lo mataría. Zeus en una de sus metamorfosis se transforma en lluvia de oro y entro en el torreón con la sirvienta y Dánae concibe a Perseo y mata al rey de Argos. Así se cumple el oráculo. Dánae lleva elementos de coquetería, pendientes, una pulsera y al lado un perrito.

La boca esta entreabierta y parece esperar abandonada la llegada de Zeus.

La sirvienta lleva unas llaves, símbolo de la traición hacia el padre de la princesa y se da prisa a recoger las monedas.

Baco y Ariadna

Comentario realizado por Miriam Jaén Herranz

Catalogación: 

Tipo de obra: Pintura

Nombre de la obra: Baco y Ariadna

Autor: Tiziano

Fecha: 1522-1523

Ubicación actual: National Gallery de Londres

Estilo: Arte veneciano

Descripción: 

En la imagen aparece Baco, Ariadna, un sátiro peleando con una serpiente, que está diseñado como el Laocoonte que se había descubierto hace poco, y otros personajes mitológicos, también cabe destacar la presencia de animales, encontramos dos leopardos, un perro y la cabeza de un ternero. Su color preponderante, es el azul del cielo y de algunas vestimentas, y el verde de la naturaleza.

Análisis formal: 

Esta obra destaca por el desarrollo de la técnica de óleo sobre lienzo. Domina la composición un triángulo principal y unas diagonales, formado por Ariadna, Baco y la bacante de los címbalos, cuya postura viene a remendar la de Ariadna, al igual que Baco que tiene la misma postura que ella, como si se complementaran. El eje del lienzo es Baco, dejando toda la parte de la derecha a su corte y la izquierda a su amada y la relación amorosa entre ambos. Baco y su séquito vienen de una Bacanal y eso es lo que Tiziano refleja en las caras, excepto Baco que refleja amor a los leopardos que se miran entre sí. Este lienzo es admirado por su rico y armónico colorido. Tiziano trata de explotar al máximo el fulgor de pigmentos, mezclando varios colores, azules para el cielo y el mar, verde malaquita y cardenillo para el paisaje, rojo bermellón para el pañuelo de Ariadna y laca carmesí mezclada con albayalde para el manto de Baco.

Análisis de contenido: 

Este cuadro fue encargado a Rafael por el Mecenas, para el tema de un triunfo de Baco, y cuando murió el encargo pasó a Tiziano con el tema de los poetas romanos Catulo y Ovidio. La escena mitológica nos muestra el momento en el que Ariadna se encuentra con el dios del vino, Baco. Ambos reciben el flechazo del amor. Y Baco en símbolo de ese amor, lanza la diadema de Ariadna al cielo, convirtiéndola en una constelación. Antes de eso Ariadna había sido abandonada por Teseo, tras haberle ayudado a escapar del Minotauro y su laberinto. De forma que vagaba sola por la isla de Naxos, hasta que halló a Baco. A Tiziano le gustaba incluir elementos secundarios que le servían tanto para reforzar el mensaje principal, o distraer. Pintó leopardos que como Ariadna y Baco se dirigen sus propias miradas cómplices, e hizo lo mismo con una de las Bacantes que miraba apasionada a uno de los sátiros. La imagen representa episodios mitológicos, aparece al fondo silenio, un viejo gordo y dormilón que sería el jefe de los sátiros y padrastro de Baco. La cabeza del ternero decapitado que se encuentra en la parte central inferior, era parte de los rituales báquicos, algo truculento pero que se suaviza con el nacimiento de una flor de alcaparra que surge entre los restos del animal, como símbolo del amor que ha surgido en ese momento.

APOLO Y DAFNE

Comentario realizado por Paula Pascual Minguez 

CATALOGACIÓN:

Nombre:Apolo y Dafne

Tipo de obra: Pintura 

Autor:Francesco Albani 

Estilo:Barroco

Fecha:1615-1620

Ubicación:Museo del louvre

DESCRIPCIÓN :

Esta pintura representa el mito de apolo y dafne concretamente la escena en la cual Dafne está siendo perseguida por Apolo 

ANÁLISIS FORMAL :

Este cuadro pertenece a la pintura barroca,está pintado sobre tabla con pintura al óleo. Pintado con colores en tonos oscuros como grises y azules;se puede observar un bonito paisaje que se representa con naturalismo,una de las características propias de la pintura barroca. En cuanto a la luz se podría decir que es un elemento principal en esta época. Los autores buscan el claroscuros, tiene composición abierta, asimétrica y con movimiento

ANÁLISIS DEL CONTENIDO:

El arte Barroco surge en Italia a finales del siglo XVI alcanzando su plenitud en el siglo XVII. El término Barroco fue acuñado con sentido despectivo designando lo extraño, lo contrario a las formas clásicas. Comentando el contexto de la obra podemos decir que pertenece al mito de Apolo y Dafne. Cuenta la leyenda que Apolo dios del arte y de la música fue maldecido por el joven Eros después de burlarse de este por jugar con arco y flechas. Eros tomó dos flechas, una de oro y otra de plata las cuales, la de oro invitaba al amor y la de plata invitaba al odio. Con la flecha de plata disparó a la ninfa Dafney la de oro se la disparó a Apolo. Este se inflamó de pasión por Dafne y en cambio ella lo aborreció. Apolo la perseguía continuamente rogándole que se quedara con él pero la ninfa siguió huyendo hasta que los dioses intervinieron y ayudaron a Apolo a alcanzarla. En vista de que Apolo la atraparía, Dafne cuyos padres eran el río Ladon y la madre tierra, los invoco y de repente su piel se convirtió en corteza de árbol, su cabello en hojas y sus brazos en ramas. Dejó de correr y a sus pies se enrraizaron con la tierra.Apolo cómo ya no podía tomarla como esposa prometió amarla y cuidarla empleando sus poderes de eterna juventud para que sus ramas estuvieran siempre verdes. Para concluir con el comentario del cuadro hablamos del Autor, Francesco Albani, pintor italiano perteneciente a la escuela de Bolonia Concretamente al clasicismo,crea un estilo propio de temas mitológicos basándose en la poesía clásica 

Andrómeda y el dragón

Comentario realizado por Carlota Sánchez Sánchez

Catalogación

Tipo de obra: pintura

Nombre de la obra: “Andrómeda y el dragón”

Autor: Luca Giordano

Ubicación actual: Museo del Prado

Estilo: Barroco 

Descripción

En la imagen aparecen tres personajes importantes, separados del resto mediante una roca que son: Perseo, Andrómeda y Cetus, el dragón. En la escena se aprecia el momento en el que Perseo, tras haber derrotado a Medusa, se encuentra a Andrómeda encadenada en una piedra mientras sobrevolaba Etiopía en su pegaso; la joven está a punto de morir a manos de esta especie de dragón marino y el guerrero trata de dar caza a este animal.

Análisis formal

La obra está realizada sobre lienzo y la técnica utilizada es el óleo; cuenta con 114 cm de alto y 136 cm de ancho. El autor emplea líneas curvas para expresar movimiento y acción y colores fríos (excepto en Andrómeda y Perseo) para indicar un sentimiento poco acogedor, un momento tenso. La luz es natural, pues es una escena al aire libre, aunque algunos personajes están iluminados de una manera más artificial como método para llamar nuestra atención, el autor consigue esto utilizando colores pálidos para aquellos personajes a los que quiere sobresaltar como en este caso ocurre con Andrómeda y Perseo, cuyas tonalidades de piel son muy claras dando un aspecto de divinidad ya que parecen estatuas a pesar del gran movimiento que se observa. El punto de fuga se encuentra en el ángulo superior derecho del lienzo. Son varios tipos de perspectiva utilizadas, por un lado la que se aprecia a primera vista es la piramidal que forma la piedra y cuyo vértice superior es Perseo, en segundo lugar el autor también emplea la perspectiva abatida para mostrarnos a Andrómeda y por último, es utilizada la perspectiva aérea que muestra un lugar que se cree, siendo conocedores del mito, probablemente sea Etiopía. Respecto a la composición que se observa es la diagonal siendo, una vez más, la roca un elemento fundamental que marca el eje de dicha composición. Por último, mencionar que esta obra presenta un dibujo muy apurado que describe minuciosamente todos los detalles a través de pinceladas precisas.

Análisis del contenido

La obra pertenece al Barroco, por eso mismo Giordano ofrece un amplio catálogo de expresiones que muestran el horror y la desesperación ante la inminente muerte de Andrómeda. Como es habitual en esta época, el autor representa la escena de mayor tensión dramática: cuando Perseo llega, a lomos de su pegaso y con la cabeza de Medusa, para rescatar a Andrómeda que había sido ofrecida como sacrificio por parte de su padre Cefeo, rey de Etiopía, para combatir al dragón, Cetus, que asolaba a su reino.

 Luca Giordano gozó en vida tanto en Italia como en España de gran popularidad que a su muerte cayó arrastrada por el prejuicio sobre su sorprendente capacidad para imitar el estilo de otros artistas lo que le relegó la condición de copista de pinturas célebres. Su catálogo de obras es de gran extensión, trabajó en Florencia realizando decoraciones murales en la biblioteca del Palacio Médici Riccardi, la de la real capilla del Alcázar o la sacristía de la catedral de Toledo. Esta pintura es muy relevante ya que forma parte de uno de los encargos más ambiciosos realizados por la corona española a Luca, se trata de un conjunto de cuarenta y cinco pinturas de temática histórica, religiosa y mitológica que llegaron a Madrid en 1688.